BERLÍN, 23 de febrero (apro).- “Deseo un resarcimiento por el precio de todos los metros cúbicos de agua que hasta hoy utilizo para ducharme exhaustivamente dos veces por día y, no obstante, me siento siempre sucio”, escribe en un foro de internet un exalumno del Colegio Canisius de Berlín, instituto secundario de elite, regenteado por padres jesuitas.
“Deseo que se quemen en el infierno los que a través de sus abusos me negaron la posibilidad de confiar en otras personas y adentrarme en vínculos sin tener miedo”, agrega.
El autor de este mensaje arrastra hasta el presente el trauma de su paso por dicho establecimiento religioso, entre 1959 y 1963.
El abuso sexual contra alumnos del Colegio Canisius, a cargo de padres jesuitas, se hizo público a finales de enero pasado. Desde entonces ven la luz denuncias de otras víctimas en toda Alemania. A los 115 casos que hasta hoy se han reportado en el colegio berlinés, se suman otros ocurridos en establecimientos jesuitas de Hamburgo, Hildesheim, Göttingen, Bonn, Werl y la Selva Negra.
El Colegio Canisius encargó una investigación a la abogada Ursula Raue, cuyo informe preliminar fue presentado el 18 de febrero.
La mayoría de las víctimas dijo haber sufrido el manoseo de sus genitales y otras caricias molestas. Algunas víctimas se suicidaron. Los jesuitas imputados (al menos 12 en este colegio) no tienen por qué temer una eventual persecución de la justicia. La fiscalía alemana ha anunciado que la mayoría de los casos ha prescrito.
“Deseo que se quemen en el infierno los que a través de sus abusos me negaron la posibilidad de confiar en otras personas y adentrarme en vínculos sin tener miedo”, agrega.
El autor de este mensaje arrastra hasta el presente el trauma de su paso por dicho establecimiento religioso, entre 1959 y 1963.
El abuso sexual contra alumnos del Colegio Canisius, a cargo de padres jesuitas, se hizo público a finales de enero pasado. Desde entonces ven la luz denuncias de otras víctimas en toda Alemania. A los 115 casos que hasta hoy se han reportado en el colegio berlinés, se suman otros ocurridos en establecimientos jesuitas de Hamburgo, Hildesheim, Göttingen, Bonn, Werl y la Selva Negra.
El Colegio Canisius encargó una investigación a la abogada Ursula Raue, cuyo informe preliminar fue presentado el 18 de febrero.
La mayoría de las víctimas dijo haber sufrido el manoseo de sus genitales y otras caricias molestas. Algunas víctimas se suicidaron. Los jesuitas imputados (al menos 12 en este colegio) no tienen por qué temer una eventual persecución de la justicia. La fiscalía alemana ha anunciado que la mayoría de los casos ha prescrito.
Ver artículo completo en: PROCESO
No hay comentarios:
Publicar un comentario