jueves, 28 de noviembre de 2013

EXTORSION POLICIACA A GAYS: CANCER SILENCIOSO EN MEXICO

Antes que nada a quien lea esta reseña le pido que lo haga con una mente abierta y paciencia pues trataré un tema largo y delicado que no a todos agradará, lo sé de antemano; dicho esto, procedo a explicar lo que viví y porque iba a ser detenido:

Tenía meses que quería abordar el tema de manera pública pero no hallaba la forma de hacerlo, pues el tema le da su parte de responsabilidad e implicaciones morales para la comunidad gay pero también pone de manifiesto y destapa una cloaca de corrupción, hipocresía, doble moral y revela los actos terribles de abuso de poder e impunidad de parte de quienes se dicen representantes de la autoridad.
Como afectado que fui el pasado miércoles 27 de noviembre por la tarde de este tipo de situaciones, puedo elevar la voz y realizar esta denuncia pública que va  contra policías abusivos que invaden sitios de encuentro gay para extorsionar a la gente que acude a dichos sitios para conocerse, platicar y en ciertos lugares tener relaciones al aire libre. Ejemplo de ello son las vías de Vallejo, el deportivo Velódromo, algunas zonas de prácticamente todas las universidades incluyendo CU, baños públicos y demás.
Es en ciudad universitaria donde estando en uno de estos sitios me encontré a dos personas por la tarde, el primero fue un compañero activista y defensor de derechos humanos de la comunidad con quien estuve este miércoles hablando acerca de los actos de chantaje y extorsión que la policía realiza contra nosotros en los sitios de encuentro y con el que estuve compartiendo tips de que hacer o cómo comportarse si nos enfrentábamos a algo así. El segundo fue un chico que al igual que los demás se encontraba en la zona en búsqueda de algún encuentro. Es con este último con quien un par de policías auxiliares me encontraron dentro de una de las zonas de CU (es una zona con bastante vegetación alrededor y arbolada) y desde el primer momento que vi a uno de los policías supe que venía una extorsión por delante.
El tipo nos quiso tomar nuestros datos a lo cual me negué alegando que no traía identificación, mi compañero de plática también se hizo como que buscaba una identificación que tampoco mostró. Nos preguntaron que qué estábamos haciendo y le respondimos que platicando (lo cual fue totalmente cierto), a lo cual uno de los policías nos dijo amenazante que nos iba a remitir al juzgado cívico para ponernos a disposición de un juez. Al preguntarle el motivo de nuestra detención el policía nos dijo que estábamos en una zona que tenía reportada la universidad como un sitio de encuentros y relaciones sexuales entre personas, principalmente del mismo sexo y que la misma universidad había hecho la petición a las autoridades para que se remitiese a cualquiera que encontraran en esos lugares, estuviesen o no teniendo alguna práctica.
Entonces le pedí al policía que me mostrara el documento que avalaba lo que él estaba afirmando y me dijo que solo en el juzgado me podían mostrar esa información. Al preguntarle quien era el responsable de tal petición por parte de la universidad, nos respondió con un lacónico “no sé”. Al hacerle notar que estaba dentro de instalaciones universitarias violando la autonomía de la universidad, realizando una detención irregular como la que se estaba llevando a cabo sin habernos encontrado haciendo algo o cometiendo delito alguno, nos dio una excusa barata al afirmar que solo las zonas que estaban bardeadas pertenecían a la UNAM, y que donde estábamos nosotros, que no está bardeada, era un lugar público (lo cual era absolutamente falso pues estábamos dentro de los terrenos de la universidad). Para rematar y pretender amedrentarnos nos dijo que iba a ser fácil comprobar si habíamos tenido contacto físico al pasarnos a revisión con un médico (lo cual no está permitido legalmente salvo en un caso de violación).
Total que encaré al policía y le dije que no nos hiciéramos, que yo sabía que ellos entran a éste y otros sitios de encuentro en el DF a extorsionar a las personas que logran atrapar, quitándoles su dinero o pertenencias, abusando de su autoridad y aprovechándose del miedo que genera estar en una situación así, ya sea por la vergüenza de tener que avisar a amigos o familiares, o ser señalado públicamente como gays (para aquellos que no han salido del clóset aún), entre otros motivos. El alegó hipócritamente que solo hacía su trabajo y que en breve llegaría una patrulla porque ellos como policías auxiliares andaban en moto y no cabíamos los 4 en ella para ir al juzgado cívico. Aproveché un momento de distensión de las cosas para realizar llamadas a amigos cercanos que fueron quienes dieron la voz de alarma de mi detención; el compañero activista con el que había platicado apenas una hora antes se dio cuenta de la situación y junto con otros dos chicos estuvieron observándonos y estando pendientes de nosotros a una distancia prudente.
Finalmente nos encaminaron un poco sobre la avenida Insurgentes en espera de la patrulla (que nunca llegó) y terminamos dándole una cantidad ínfima que traía en mi bolsillo y que me dejó sin un peso en esos momentos (y el resto de mi semana), pero que nos permitió que nos dejaran en paz después de habernos tenido una hora detenidos, retenidos, chantajeados y finalmente extorsionados, a medias. No pasó a más el asunto y su actitud cambió en buena medida derivada del acorralamiento que los mismos policías comenzaban a sentir por las llamadas que yo había hecho y por estar siendo observados a distancia. Al final se retiraron.
Este tipo de situaciones se dan a diario y varias veces al día en diferentes sitios y por mafias policiacas que se dedican, no a hacer su trabajo sino a cubrir sus cuotas en los sitios de encuentro gay utilizando la doble moral, la hipocresía, la mentira, la amenaza y el chantaje logrando su objetivos. He sabido de chicos que si son subidos, llevados al juez cívico, en otros casos  graves son llevados a separos, en ocasiones violados por los mismos policías, o en algún caso que tuve oportunidad de conocer un testimonio de una persona que fue torturada siendo penetrado con un palo de escoba, “para que aprendiese”.
La mayoría de la comunidad gay conoce estos sitios, y por lo menos una vez en su vida los han visitado, ignoro qué porcentaje ha sufrido extorsión policiaca en estos sitios pero la cantidad se debe contar por miles de casos durante los últimos años. Los afectados no denuncian esta situación por lo vergonzoso de ser detenido en un sitio de encuentro y por el miedo de que se enteren amigos y familiares, pero es necesario que se sepa lo que está pasando con el fin de combatir y erradicar la extorsión policiaca, que los sitios de encuentro sean en su defecto cerrados, y me atrevo a pedir que se otorgue por lo menos en la capital un sitio oficial de encuentros como ya tienen en Holanda por ejemplo, con horarios bien establecidos y donde la gente acude sin el temor de ser molestada por la policía, solo así se erradicará este cáncer silencioso que afecta, lastima y ofende a la comunidad gay en México, en todo el territorio nacional.
Finalmente la gente en su naturaleza social y sexual no dejará de buscar sitios para estar con otra persona, sea de su mismo sexo o no, sea su pareja o no, y antes de juzgar duramente esta situación contra los gays cabría preguntarse ¿Quién no ha tenido un faje, o sexo dentro de un auto, en un cine, en una calle solitaria, en un parque, un jardín, etc. alguna vez en su vida? ¿Vale la pena satanizar y criminalizar un acto tan natural como humano con acciones de extorsión y chantaje? Sé que muchos dirán que estoy justificando un acto inmoral pero vamos, seamos sinceros y seamos comprensivos ¿qué es peor, fomentar una cultura cívica de mayor respeto, tolerancia y normatividades que permitan tener sitios de encuentro en un lugar público, o callar y fomentar la extorsión y abuso de poder de los representantes de la autoridad?
Dicho esto comenzaré una nueva etapa de activismo en defensa de los derechos de la comunidad en estos sitios, distribuyendo información que les permita saber qué hacer ante una situación de extorsión; ésta tiene que ser eliminada a como dé lugar, no podemos continuar así.
Cualquier discrepancia, aclaración o cuestionamiento, favor de hacerlo con respeto, es lo único que pido.