Calle de llantos, pública capilla ardiente de débiles veladoras y fuertes reclamos, la noche de este lunes Villa del Portal no duerme, sus habitantes velan ya los cuerpos de varios de los estudiantes masacrados la madrugada del domingo.
El fúnebre correo, retrasado ocho horas pero al fin llegó: La carroza paró en uno, dos, tres y cuatro domicilios de la cuadra para hacer la entrega de los hijos inertes. Y por los aires el dolor hecho grito.
Ahí los altares y la penumbra rota por las velas, ahí la últimas flores
Vecinos y compañeros de clase arropan a las familias que forzadas por la inexplicada matanza se desprenden de la sangre que ya no los sucederá en la tierra.
Ya desde las 14:00 horas, la doliente compañía levantaba las mesas de honor con fotos de familia y las de los alegres días de placer y deporte; los diplomas y reconocimientos escolares. Y las afligidas despedidas de puño y letra a uno y otro de los ausentes.
De llantos, pero también de plegarias religiosas y mundanas, la calle Villa del Portal, -en el Fraccionamiento Villas de Salvárcar en la extrema punta suroriente de Ciudad Juárez-, es un largo oratorio masivo donde los rezos y la repulsa surgen por igual.
Los congregados en torno a las fincas marcadas con los números 1306, 1208 y 1310, piden consuelo, imploran la paz eterna y exigen justicia terrena.
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