Estimados lectores, leí esta reflexión de una compañera smeíta en un blog, y me parece que es importante compartir sus reflexiones que son muy profundas:
Se acerca un día clave, un día que puede marcar un verdadero parteagüas entre lo que ha sido la primera parte de un sexenio tan mal-logrado y lo que resta de él.
¿Me hubiera imaginado que ese (importante)momento iba a recaer en las espaldas de los 44,000 trabajadores del SME? No. Ni por asomo. Los eventos, en la manera como van aconteciendo, vienen a modificar el camino que se va llevando y las vertientes que se van abriendo nos llevan a nuevas experiencias, nuevas opciones, caminos alternos que, afortunadamente y al día de hoy, no se desvían del ideal inicial, más bien lo complementan y lo refuerzan mientras el descontento social ante la política económica que nos mal-gobierna sigue incrementándose.
Todos coincidimos en que la lucha que está librando el SME en este momento es la madre de todas las luchas obreras. De lo que suceda este próximo jueves en San Lázaro de manos de la jueza Guillermina Coutiño dependerá un próximo nivel de injerencia del pseudo-gobierno en todos los ámbitos de nuestra nación y su capacidad de decidir, no democráticamente, sino con atropellos, violaciones a toda ley y cínicamente.
La tarde de hoy en que se llevó a cabo la Asamblea General Extraordinaria del SME, no solo fue para hacer un recuento del resultado de la Toma Simbólica de la Cd. de México el pasado 4 de diciembre, sino también para dar parte a los agremiados de la situación jurídica actual respecto al decreto de extinción, amén de revestir la importancia que tiene la presencia social en las afueras de San Lázaro el 10 de diciembre.
El SME ha estado trabajando muchísimo y eso es digno de admiración si tomamos en cuenta que gran parte del gremio que se está partiendo todo en las calles es la que no aceptó la migaja arrojada por Lozano. El boteo, el SMEtón, las huelgas de hambre de las 10 mujeres y 5 compañeros electricistas, el volanteo en calles y casa por casa, los eventos culturales para acopio de recursos monetarios y víveres no se ha detenido. Por supuesto, el SME no ha olvidado, ni mucho menos ha hecho a un lado el reconocer todo el respaldo que ha estado detrás y con ellos, sin embargo, yo misma noto que la fuerza que no ha permitido que el SME se doblegue radica en la unión de sus integrantes. Esa fuerza viene, principalmente, desde el interior.
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